La sangre transporta la glucosa a los tejidos donde es absorbida por las células y es utilizada o almacenada para uso posterior. La insulina es la substancia primaria que el cuerpo utiliza para regular los niveles de glucosa en la sangre. Las altas concentraciones de insulina en la sangre tienen un doble efecto: estimulan la absorción de glucosa por las células y deprimen su liberación a la sangre por el hígado. La insulina se producen por las llamadas células beta localizadas en el páncreas. La tasa de secreción de insulina se incrementa a medida que la concentración de glucosa sobrepasa su valor normal de mas o menos 100 mg/dl.